Cuando el martes 16 de mayo sonó el teléfono y escuché una propuesta para coger un vuelo a Niza el día siguiente y probar durante tres días la última máquina de enduro de Santa Cruz no pude negarme. Mucho se había especulado vía Internet acerca de la nueva Nomad de la marca californiana. Fotos espías que circulaban por la red jugando al despiste nos tenían bastante intrigados a los aficionados al enduro. Rumores hablando de cambio de recorridos de suspensión, variación de la posición del amortiguador, tamaño de ruedas… ¡por fin iba a desvelar el misterio en primera persona! En estos casos, uno se siente privilegiado.
Podréis leer más al respecto en el próximo número de la revista BIKE pero os puedo adelantar que nos encontramos ante una bici muy rápida y con una clara orientación bajadora, como no podía ser de otro modo. Ruedas de 27´5″, cambio de ubicación del amortiguador al estilo de la V-10 de descenso, mayor progresividad, 170 mm. de recorrido de suspensiones, opción de amortiguador de aire o de muelle… de hecho sus dos posiciones de anclaje del amortiguador le dan la opción de lanzar la dirección hasta alcanzar unos nada despreciables 64.6º si los 65º de la posición «high» te saben a poco.
En definitiva, una bici totalmente rediseñada con respecto a su predecesora y que no está enfocada a la competición de enduro como podría parecer a priori sino a disfrutar a tope de las bajadas más exigentes. Pese a todo ello, sigue pedaleando bastante bien y te permitirá subir hasta tu bajada favorita y disfrutar de su bajada, eso sí, más rápido de a lo que estás acostumbrado/a.
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